Misión: Adalias y Sopores.

—Ahhh, esto conlleva un gran esfuerzo físico— estaba un poco cansada, había caminado mucho, se ayudaba de un bastón de madera para escalar la montaña, intentaba estar cerca del clan Érebo por si se perdía, estimaba que le llevaría un buen rato encontrar las flores, llevaba una enciclopedia de plantas y flores de Tenebris Mundi, de lejos parecía una maniática de las plantas, agradecía no sentir frío, descansó un rato sentada en la nieve, de pronto empezó a nevar, sonrió recibiendo los copos con sus manos y rió —Qué suave— nunca había admirado tan solitaria ese escenario, después de quince minutos emprendió otra vez el viaje, se demoró unos extra en llegar a la cúspide, había un grande árbol sin hojas protegiendo un par de sopores, debía haber otros más cerca, buscó dos metros más allá y no encontraba nada —Maldita sea— espetó mientras caminaba hasta que casi pisa otro sopor, lo extrajo del suelo un poco más animada y los guardo dentro de su bolso. Hojeó el libro, según este las Adalias se podían hallar más al norte, donde estaba el clan Érebo, no quería ser entrometida otra vez, pero debía pedir ayuda a algún miembro para encontrar la flor.

—Bien, llegué— dijo frente a un edificio del condominio de los érebos, había una mujer que barría la nieve de la entrada del lugar —Lo siento, ¿sabe dónde puedo conseguir una Adalia? sé qué es aquí en las montañas, pero la nieve me dificulta encontrar una fácilmente— explicó para nada nerviosa, la mujer con voz de no muy buena voluntad indicó "—Sigue subiendo, hay un jardín de ellas en la cima—" Umji asintió y se fue, no sin antes agradecerle. Pasaron los minutos para que llegara y encontró muchísimas de ellas cubiertas de nieve —Sólo necesito una— declaró tomando la flor y echándola a su bolso —Ahora que tengo todo puedo irme, debo proseguir con las siguientes— afirmó volviendo a bajar con ayuda de su bastón.